A A. Schmidt
estrella
y nadie
incendia
mi noche.
Un
día, como cualquiera
la
mano con la que
escribo
estos versos
me
dejará
tibia
y barnizada
tal
vez sea recordada.
Entonces
yo y mi otra
mano
o sea
solo
yo
podré
empezar a escribir
sobre
lo que realmente fui
y lo que quise ser
Mientras
tanto
hablaré
del perfume
de mi
primer amor
del
costado
que me
han dado
del
llanto
catalogando el mundo.
Mientras
sea esta mano
con la
que escribo
mientras
sea la misma
con la
que he deseado
todos
mis poemas van a hablar de un hambre
misterioso
interno
misterioso
interno
que
busca ponerse nombre
como
buscando pan
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